Dolor crónico: cuando el dolor se convierte en enfermedad

¿Hay que resignarse a vivir con dolor
Definitivamente no. Hoy en día existen múltiples herramientas terapéuticas para combatir el dolor, pero el dolor crónico sigue siendo una realidad para muchas personas. Más allá del sufrimiento físico, este tipo de dolor puede tener un fuerte impacto emocional y social: aislamiento, insomnio, ansiedad, depresión y pérdida de calidad de vida.
¿Es el dolor solo un síntoma o una enfermedad en sí?
En Europa, el dolor crónico se reconoce como una enfermedad cuando persiste a pesar de los tratamientos médicos habituales. En estos casos, deja de ser únicamente un síntoma y se convierte en un problema complejo que requiere atención especializada.
¿Cuáles son los dolores más frecuentes?
Los más comunes son los dolores osteomusculares: en rodillas, articulaciones de carga, columna lumbar, cervical y dorsal. También son habituales los dolores neurológicos (ciáticas, atrapamientos nerviosos), las migrañas y dolores faciales u orofaciales, todos ellos con un alto impacto funcional en la vida del paciente.
¿Cómo aborda la medicina estos dolores?
El tratamiento del dolor debe ser multidisciplinar. Desde la medicación hasta el trabajo conjunto entre especialistas del dolor, reumatólogos, neurólogos, fisioterapeutas, rehabilitadores y psicólogos. La medicina del dolor no es una única vía, sino una especialidad transversal que integra diversas disciplinas para entender y tratar el origen del dolor en cada persona.
¿Siempre se conoce el origen del dolor?
No siempre. De hecho, uno de los retos del especialista en dolor es encontrar la verdadera causa, ya que dos pacientes pueden tener síntomas similares y resultados de pruebas idénticos, pero un origen totalmente distinto del dolor. Ahí radica la importancia de un enfoque individualizado.
¿El uso excesivo de pantallas está detrás de ciertos dolores?
Sí. Se ha incrementado el diagnóstico de dolores cervicogénicos y migrañas relacionadas con el uso intensivo de pantallas. La musculatura cervical, implicada en estos casos, es compleja y puede provocar cefaleas muy persistentes y recurrentes.
¿Qué hábitos ayudan a prevenir el dolor?
La clave está en la moderación y el equilibrio. Una vida sana en lo nutricional, físico, emocional y profesional puede alejarnos del dolor. Vivimos en una era de excesos: estrés, rapidez, sedentarismo, y esto repercute directamente en nuestra salud corporal.
¿Puede el dolor crónico derivar en enfermedades graves?
Sí. Estudios recientes señalan su relación con el riesgo cardiovascular y enfermedades neurodegenerativas. Incluso se han encontrado vínculos genéticos entre el dolor crónico y el cáncer, lo que subraya la importancia de tratarlo de forma adecuada y temprana.
¿Cuál es el perfil más común en la Unidad del Dolor?
El 60% de los pacientes acude por dolor lumbar, seguido de dolor cervical. El sedentarismo, la obesidad, el envejecimiento de la columna y el estrés son factores clave. La columna lumbar, en particular, sufre mucho por nuestros hábitos de vida actuales.
Dr. Jose Luis De Córdoba
Especialista en Medicina del Dolor
Clínica Sagrada Família