Cómo cuidar la salud de los niños en verano: guía práctica para familias

El verano es una de las épocas más esperadas por los niños: vacaciones, juegos al aire libre, días de playa o piscina... Pero también es una estación que implica ciertos riesgos para su salud si no se toman las precauciones adecuadas. Desde la Clínica Sagrada Familia, compartimos esta guía con consejos clave para que los más pequeños disfruten del verano de forma segura y saludable.
1. Hidratación constante
Los niños tienen un mayor riesgo de deshidratación, ya que su cuerpo pierde agua con más rapidez y muchas veces no expresan la sed hasta que es evidente. Durante el verano, es fundamental ofrecer agua con frecuencia, incluso si no la piden. Evita bebidas azucaradas o con cafeína y opta siempre por agua fresca o infusiones suaves sin azúcar.
Consejo práctico: Lleva siempre una botella y anímalos a beber pequeños sorbos cada 30-60 minutos, especialmente si están jugando o expuestos al sol.
2. Protección solar
La piel infantil es especialmente delicada y vulnerable a los efectos del sol. Las quemaduras solares en la infancia pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas en la piel a largo plazo. Utiliza protector solar con un factor de protección alto (mínimo SPF 50) y que sea específico para niños. Aplícalo 30 minutos antes de salir de casa y reaplica cada 2 horas o después de cada baño.
No olvides complementarlo con: ropa ligera, gorra o sombrero, y gafas de sol con protección UV.
3. Evitar cambios bruscos de temperatura
Entrar y salir del agua, pasar del calor exterior al aire acondicionado... estos contrastes térmicos pueden afectar al sistema inmunitario de los niños, provocando desde resfriados hasta problemas digestivos. Es importante controlar la temperatura de los espacios interiores y evitar exponer a los niños directamente al aire acondicionado.
Recomendación: Seca bien a los niños tras el baño y cúbrelos si hay corriente de aire o si bajan las temperaturas por la tarde.
4. Alimentación ligera, fresca y segura
Con el calor, el apetito suele disminuir. Pero es importante seguir ofreciendo una dieta equilibrada, con alimentos frescos, bien cocinados y correctamente conservados. El verano también incrementa el riesgo de intoxicaciones alimentarias por mala conservación de los alimentos.
Ideas saludables: Frutas de temporada, ensaladas frescas, yogures, gazpachos suaves y platos cocinados que no se mantengan mucho tiempo fuera de la nevera.
5. Atención especial a picaduras y heridas
En verano, los niños están más expuestos a insectos y pequeños accidentes. Las picaduras de mosquitos o pequeñas heridas en la piel pueden parecer inofensivas, pero es esencial tratarlas adecuadamente para evitar infecciones.
Recomendación: Usa repelentes aptos para la edad de los niños, revisa su piel al final del día y ten siempre un pequeño botiquín con desinfectante, tiritas y crema calmante.
6. Actividad al aire libre con precaución
El juego al aire libre es una de las mejores formas de aprovechar el verano, pero hay que tener en cuenta las horas de más calor. Evita la exposición directa al sol entre las 12h y las 17h, ya que el riesgo de golpe de calor o insolación es mayor en este tramo horario.
Consejo: Asegúrate de que tengan momentos de descanso a la sombra, lleven ropa cómoda y transpirable, y se hidraten adecuadamente durante la actividad.
Disfrutar del verano con salud
El verano puede ser una época maravillosa para compartir en familia, fomentar la actividad física y fortalecer vínculos. Pero siempre con una actitud preventiva y consciente de los riesgos.
Desde la Clínica Sagrada Familia, nuestro equipo de pediatría está a tu disposición para resolver cualquier duda y ayudarte a cuidar la salud de tus hijos/as durante todo el año.