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Otitis del nadador: causas, síntomas, prevención y tratamiento

Con la llegada del verano y el aumento de actividades acuáticas como nadar en piscinas, ríos o el mar, también crece el riesgo de desarrollar ciertas afecciones relacionadas con el agua. Una de las más comunes es la otitis externa difusa, conocida popularmente como otitis del nadador.

¿Qué es la otitis del nadador?

Se trata de una inflamación del conducto auditivo externo, la parte del oído que va desde el pabellón auricular hasta el tímpano. Esta inflamación suele estar provocada por la entrada y acumulación de agua en el oído, lo que altera el entorno natural del canal auditivo. La humedad persistente favorece el crecimiento de bacterias y hongos, lo que puede desencadenar una infección.

Aunque puede presentarse en cualquier época del año, su incidencia aumenta considerablemente en los meses cálidos, debido al mayor contacto con el agua.

¿Cuáles son sus síntomas más comunes?

La otitis del nadador suele manifestarse de forma rápida y con síntomas muy característicos:

  • Dolor en el oído, que puede intensificarse al tocar o mover el pabellón auricular.
  • Picor persistente dentro del canal auditivo.
  • Sensación de oído taponado o pérdida leve de audición.
  • En algunos casos, puede presentarse secreción (otorrea), enrojecimiento e incluso inflamación visible.

Ante la aparición de cualquiera de estos signos, es recomendable consultar con un especialista lo antes posible.

¿Cómo puede prevenirse?

La buena noticia es que esta afección puede prevenirse fácilmente con algunas medidas sencillas:

  • Secar bien los oídos después de nadar o ducharse, preferiblemente inclinando la cabeza para facilitar la salida del agua y utilizando una toalla suave.
  • Evitar el uso de bastoncillos, ya que pueden lesionar la piel del conducto auditivo y aumentar el riesgo de infección.
  • Usar tapones específicos para nadar, sobre todo en personas propensas a padecer otitis.
  • No bañarse en aguas contaminadas o de calidad dudosa, ya que aumentan la posibilidad de infección.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, el tratamiento consiste en la aplicación de gotas óticas antibióticas o antifúngicas, dependiendo del tipo de microorganismo responsable. En situaciones más severas, el médico puede indicar también medicación oral o incluso una limpieza profesional del oído.

Es fundamental no automedicarse y acudir al especialista desde los primeros síntomas, ya que un diagnóstico precoz permite un tratamiento más eficaz y evita posibles complicaciones, como infecciones más profundas o crónicas.

Dr. Alzuarte

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