Vitrectomía

La retina tiene un punto débil, situado entre los receptores y el epitelio segmentario, por el que se puede desprender. Dado que carece de terminaciones nerviosas, cuando esto ocurre no se produce dolor pero sí pérdida de visión en una zona concreta, fotopsias (destellos) y miodepsias (moscas volantes).

El desprendimiento de retina se diagnostica mediante:

  • Revisión del fondo de ojo bajo dilatación pupilar.
  • Tomografía de Coherencia Óptica Retiniana u OCT.
  • Angiografía fluoresceínica.
  • Pruebas electrofisiológicas.
  • Ecografía ocular.
  • Biometría.

Para tratarlo se utilizan diferentes técnicas, en función del caso:

  • Fotocoagulación con láser Argón (quemadura que genera una cicatriz en la zona desprendida).
  • Criopexia (congelación del tejido generando una cicatriz en la zona desprendida).
  • Vitrectomía. Es una técnica quirúrgica que elimina el vítreo para acceder a la retina y poder repararla. Se utiliza además para tratar: retinopatía diabética, heridas oculares o traumatismos, enfermedades de la mácula, agujeros maculares o degeneraciones maculares con neovasos, pelado de la MEM, MLI, inflamaciones o infecciones oculares, complicaciones derivadas de cirugía de cataratas, uveítis.

En función de la patología a tratar, se rellena el ojo con gas, aire o aceite de silicona líquido. El gas se reabsorbe poco a poco, mejorando la visión paulatinamente. El aceite debe extraerse posteriormente.

“Disponemos de cirujanos de retina con más de 20 años de experiencia en esta técnica, así como del instrumental y la equipación quirúrgica necesaria para poder realizarla.”

Información de servicio

Antes (preparación)

La cirugía requiere ingreso de una noche y el resultado muchas veces no es definitivo porque, en función de la patología de fondo, la retina puede volver a desprenderse. Lo que no se puede dejar de hacer es repararla cada vez porque sino se pierde el ojo.

El paciente debe aportar analítica y electrocardiograma (validez 6 meses), a ser posible, valorado por equipo de medicina interna o anestesia. Si el paciente toma anticoagulantes orales (Sintrom, Plavix), se debe derivar a su cardiólogo para que le paute de cambio de medicación, al menos con una semana de antelación a la cirugía. Se deberá realizar prueba de coagulación el mismo día de la intervención, a primera hora.

La intervención se realiza bajo anestesia retro / peribulbar y sedación. Esta anestesia se inyecta en el espacio orbitario y el anestésico se difunde por los tejidos, proporcionando analgesia también en el postoperatorio.

Es por los requerimientos de esta técnica que se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Si el paciente se está inyectando heparina, no puede hacerlo la mañana del día de la intervención, sino una vez intervenido.
  • Debe dilatarse la pupila con gotas.
  • Ayuno de 6 horas previas a la cirugía, sin comer ni beber.
  • No llevar maquillaje ni cremas en la cara, ni las uñas pintadas.

Llevar una pequeña maleta con pijama, zapatillas y neceser, por si se tiene que quedar ingresado.

Después (recuperación y resultados)

Algunas de las posibles complicaciones son:

  • Sangrado postoperatorio.
  • Desprendimiento de retina.
  • Aumento de la presión ocular en el postoperatorio.
  • Catarata.
  • Infección.

Deberá guardar reposo absoluto, en la posición que le indique el cirujano. Si le han dejado gas, es imprescindible que se mantenga en posición boca abajo, excepto para comer e ir al baño únicamente.

Administrar el tratamiento en gotas que le han prescrito y la analgesia.

Evitar vuelos en avión y subir a puertos de montaña de más de 800m.

Equipamiento e instalaciones

El procedimiento se realiza en quirófano. La Clínica dispone del instrumental y la equipación quirúrgica necesaria para poder realizarlo.